Explicación, estudio y comentario bíblico de Salmo 39:2-3 verso por verso
Enmudecí, quedé en silencio; me callé aun respecto de lo bueno, pero mi dolor se agravó.
Mi corazón se enardeció dentro de mí; fuego se encendió en mi suspirar, y así hablé con mi lengua: