• Salmo 40:1

    Al músico principal. Salmo de David. Pacientemente esperé al SEÑOR, y él se inclinó a mí y oyó mi clamor.

  • Salmo 40:2

    Me hizo subir del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso. Puso mis pies sobre una roca y afirmó mis pasos.

  • Salmo 40:3

    Puso en mi boca un cántico nuevo, una alabanza a nuestro Dios. Muchos verán esto y temerán, y confiarán en el SEÑOR.

  • Salmo 40:4

    Bienaventurado el hombre que pone su confianza en el SEÑOR y no vuelve la mirada a los soberbios ni a los que se enredan con la falsedad.

  • Salmo 40:5

    Oh SEÑOR, Dios mío, tú has multiplicado tus maravillas y tus pensamientos para con nosotros. No hay nadie comparable a ti. Si intentara referirme y hablar de ellos, serían demasiados como para ser contados.

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