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Tú, oh SEÑOR, no detengas de mí tu compasión; que tu misericordia y tu verdad me guarden siempre.
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Porque me han rodeado males incontables; me han alcanzado mis iniquidades, y no puedo levantar la vista. Son más numerosos que los cabellos de mi cabeza, y mi corazón me ha fallado.
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¡Ten a bien, oh SEÑOR, librarme! ¡Oh SEÑOR, apresúrate a socorrerme!
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