-
Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan. Digan siempre los que aman tu salvación: “¡El SEÑOR sea engrandecido!”.
-
Aunque yo sea pobre y necesitado el SEÑOR pensará en mí. Tú eres mi ayuda y mi libertador; ¡Oh Dios mío, no te tardes!
Continúa después de la publicidad