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El sacrificio y la ofrenda no te agradan; tú has abierto mis oídos. Holocaustos y sacrificios por el pecado no has pedido.
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Entonces dije: “He aquí, yo vengo. En el rollo de pergamino está escrito acerca de mí:
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‘El hacer tu voluntad, oh Dios mío, me ha agradado; y tu ley está en medio de mi corazón’ ”.
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He anunciado justicia en la gran congregación; he aquí, no he detenido mis labios. Oh SEÑOR, tú lo sabes.
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No he encubierto tu justicia dentro de mi corazón; he proclamado tu fidelidad y tu salvación. No he ocultado tu misericordia ni tu verdad en la gran congregación.
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Tú, oh SEÑOR, no detengas de mí tu compasión; que tu misericordia y tu verdad me guarden siempre.
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Porque me han rodeado males incontables; me han alcanzado mis iniquidades, y no puedo levantar la vista. Son más numerosos que los cabellos de mi cabeza, y mi corazón me ha fallado.
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¡Ten a bien, oh SEÑOR, librarme! ¡Oh SEÑOR, apresúrate a socorrerme!
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Sean avergonzados y humillados a una los que buscan mi vida para cortarla.
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Vuelvan atrás y sean confundidos los que desean mi mal. Sean desolados a causa de su vergüenza los que dicen: “¡Ajá, ajá!”.
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Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan. Digan siempre los que aman tu salvación: “¡El SEÑOR sea engrandecido!”.
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Aunque yo sea pobre y necesitado el SEÑOR pensará en mí. Tú eres mi ayuda y mi libertador; ¡Oh Dios mío, no te tardes!