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Por eso no temeremos aunque la tierra tiemble, aunque los montes se derrumben en el corazón del mar,
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aunque sus aguas rujan y echen espuma, y se estremezcan los montes por su braveza. Selah
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Hay un río cuyas corrientes alegran la ciudad de Dios; el santuario, morada del Altísimo.
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Dios está en medio de ella; no será movida. Dios la ayudará al clarear la mañana.
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