-
Guíame, oh SEÑOR, en tu justicia a causa de mis enemigos. Endereza tu camino delante de mí.
-
Porque no hay sinceridad en su boca; sus entrañas están llenas de destrucción. Su garganta es un sepulcro abierto, y con su lengua hablan lisonjas.
-
Decláralos culpables, oh Dios; caigan por sus propios consejos. Échalos por la multitud de sus rebeliones, porque se rebelaron contra ti.
-
Se alegrarán todos los que confían en ti; para siempre gritarán de júbilo, pues tú los proteges. Los que aman tu nombre se regocijarán en ti,
-
porque tú, oh SEÑOR, bendecirás al justo; como un escudo lo rodearás con tu favor.
Continúa después de la publicidad