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Tú detestas la instrucción y echas a tus espaldas mis palabras.
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Si ves a un ladrón, te complaces con él, y tu parte está con los adúlteros.
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Con maldad das rienda suelta a tu boca, y tu lengua urde engaño.
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Tomas asiento y hablas contra tu hermano; contra el hijo de tu madre arrojas infamia.
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