-
Porque no quieres sacrificio; y si doy holocausto, no lo aceptas.
-
Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado. Al corazón contrito y humillado no desprecias tú, oh Dios.
-
Haz bien a Sion con tu benevolencia; edifica los muros de Jerusalén.
-
Entonces te agradarán los sacrificios de justicia, el holocausto o la ofrenda del todo quemada. Entonces se ofrecerán becerros sobre tu altar.
Continúa después de la publicidad