• Salmo 51:2

    Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado.

  • Salmo 51:3

    Porque yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí.

  • Salmo 51:4

    Contra ti, contra ti solo he pecado y he hecho lo malo ante tus ojos. Seas tú reconocido justo en tu palabra y tenido por puro en tu juicio.

  • Salmo 51:5

    He aquí, en maldad he nacido, y en pecado me concibió mi madre.

  • Salmo 51:6

    He aquí, tú quieres la verdad en lo íntimo, y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.

  • Salmo 51:7

    Quita mi pecado con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve.

  • Salmo 51:8

    Hazme oír gozo y alegría, y se regocijarán estos huesos que has quebrantado.

  • Salmo 51:9

    Esconde tu rostro de mis pecados y borra todas mis maldades.

  • Salmo 51:10

    Crea en mí, oh Dios, un corazón puro y renueva un espíritu firme dentro de mí.

  • Salmo 51:11

    No me eches de tu presencia ni quites de mí tu Santo Espíritu.

  • Salmo 51:12

    Devuélveme el gozo de tu salvación, y un espíritu generoso me sustente.

  • Salmo 51:13

    Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos, y los pecadores se convertirán a ti.

  • Salmo 51:14

    Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación, y con regocijo cantará mi lengua tu justicia.

  • Salmo 51:15

    Señor, abre mis labios, y proclamará mi boca tu alabanza.

  • Salmo 51:16

    Porque no quieres sacrificio; y si doy holocausto, no lo aceptas.

  • Salmo 51:17

    Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado. Al corazón contrito y humillado no desprecias tú, oh Dios.

  • Salmo 51:18

    Haz bien a Sion con tu benevolencia; edifica los muros de Jerusalén.

  • Salmo 51:19

    Entonces te agradarán los sacrificios de justicia, el holocausto o la ofrenda del todo quemada. Entonces se ofrecerán becerros sobre tu altar.

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