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“¡Vean al hombre que no puso a Dios como su fortaleza sino que confió en sus muchas riquezas y se refugió en su maldad!”.
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Pero yo seré como un olivo verde en la casa de Dios; en la misericordia del SEÑOR confiaré eternamente y para siempre.
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Por siempre te daré gracias por lo que has hecho. En presencia de tus fieles esperaré en tu nombre, porque es bueno.
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