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Al músico principal. Con Neguinot. Masquil de David. Atiende, oh Dios, mi oración; no te escondas ante mi súplica.
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Escúchame y respóndeme. En mi pensar estoy deprimido y turbado
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por la voz del enemigo, por la presión de los impíos que me inculpan de iniquidad y me odian con furor.
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Mi corazón se estremece dentro de mí; terrores de muerte me han caído encima.
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Temor y temblor me han sobrevenido, y me cubre el espanto.
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Dije: “¡Quién me diese alas como de paloma!”. Volaría y hallaría reposo.
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Ciertamente huiría lejos y pasaría las noches en el desierto. Selah
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