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Al músico principal. Sobre “La paloma silenciosa de la lejanía”. Mictam de David compuesto cuando los filisteos lo apresaron en Gat. Ten misericordia de mí, oh Dios, porque me acosa el hombre; me oprime combatiéndome todo el día.
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Todo el día me pisotean mis enemigos, porque muchos son los que me combaten con altanería.
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El día en que tengo temor yo en ti confío.
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En Dios, cuya palabra alabo, en Dios he confiado. ¡No temeré lo que me pueda hacer ningún mortal!
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Todo el día pervierten mis palabras; contra mí son todos sus pensamientos, para mal.
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Ellos conspiran; se ocultan. Observan atentamente mis pasos en acecho de mi vida.
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¿Escaparán ellos por su iniquidad? ¡Oh Dios, derriba los pueblos con tu furor!
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