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Los impíos se alienaron desde la matriz; se descarriaron desde el vientre hablando mentira.
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Tienen veneno como veneno de serpiente; son como una cobra sorda que tapa sus oídos
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y no oye la voz de los encantadores, aun del más experto encantador.
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Oh Dios, rompe sus dientes en su boca; quiebra, oh SEÑOR, los colmillos de los leones.
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