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¡Que vuelvan al anochecer y aúllen como perros! ¡Que rodeen la ciudad!
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Ellos andan errantes para hallar qué comer; y, al no saciarse, se quejan.
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Pero yo cantaré a tu poder y alabaré de mañana tu misericordia; porque fuiste para mí un alto refugio y un amparo en el día de mi angustia.
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Fortaleza mía, a ti cantaré salmos; porque Dios es mi alto refugio, el Dios que tiene misericordia de mí.
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