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Por cierto, vanidad son los hombres comunes; mentira son los hombres notables. Si se los pesa a todos juntos en balanza serán menos que un soplo.
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No confíen en la opresión ni se envanezcan con la rapiña. Aunque se incremente la riqueza no pongan en ella el corazón.
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Una vez habló Dios; dos veces he oído esto: que en Dios hay fortaleza.
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También en ti, oh Señor, hay misericordia; pues tú pagas a cada uno según su obra.
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