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Te he contemplado en el santuario para admirar tu poder y tu gloria.
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Porque mejor es tu misericordia que la vida; mis labios te alabarán.
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Por eso te bendeciré en mi vida y en tu nombre alzaré mis manos.
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Como de sebo y de gordura se saciará mi alma; mi boca te alabará con labios de júbilo.
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