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Se enseñorea con su poder para siempre; sus ojos observan a las naciones para que los rebeldes no se enaltezcan contra él. Selah
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¡Bendigan, oh pueblos, a nuestro Dios! Hagan que se escuche la voz de su alabanza.
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Él es quien preservó la vida a nuestra alma y no permitió que resbalasen nuestros pies.
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