-
Al músico principal. Salmo de David. Cántico. Dios se levantará, y se dispersarán sus enemigos; huirán de su presencia los que le aborrecen.
-
Como se disipa el humo, así los disiparás. Como se derrite la cera ante el fuego, así perecerán los impíos delante de Dios.
-
Pero los justos se alegrarán; se gozarán delante de Dios y saltarán de alegría.
-
¡Canten a Dios! ¡Canten salmos a su nombre! ¡Preparen camino al que cabalga sobre las nubes! El SEÑOR es su nombre. ¡Alégrense delante de él!
-
Padre de los huérfanos y juez de las viudas es Dios en su santa morada.
-
Es el Dios que hace habitar en familia a los solitarios y saca a los cautivos a prosperidad; pero los rebeldes habitan en sequedales.
-
Oh Dios, cuando saliste delante de tu pueblo, cuando marchaste por el desierto, Selah
-
la tierra tembló; también los cielos gotearon ante Dios. Aquel Sinaí tembló delante de Dios, del Dios de Israel.
-
Abundante lluvia esparciste, oh Dios; a tu posesión exhausta reanimaste.
-
Tu rebaño ha habitado en ella. Por tu bondad, oh Dios, has provisto para el pobre.
-
El Señor da la palabra, y una gran hueste de mujeres anuncia la buena nueva:
-
“¡Huyen, huyen los reyes de los ejércitos!”. Y en casa las mujeres reparten el botín.
-
Aunque se recostaban entre los rediles, las alas de la paloma se cubrieron de plata, y sus plumas con la amarillez del oro.
-
Cuando el Todopoderoso esparció allí a los reyes el monte Salmón se cubrió de nieve.
-
¡Monte de Dios es el monte de Basán! ¡Alto es el monte de Basán!
-
Oh montes de elevados picachos, ¿por qué miran con hostilidad al monte que Dios ha deseado como morada? Ciertamente el SEÑOR habitará allí para siempre.
-
Los carros de Dios son miríadas de miríadas, y millares de millares. ¡Entre ellos el Señor viene del Sinaí al santuario!
-
Subiste a lo alto, tomaste cautivos. Tomaste tributos de los hombres, aun de los rebeldes, para que allí habitara el SEÑOR Dios.
-
¡Bendito sea el Señor! Día tras día lleva nuestras cargas el Dios de nuestra salvación. Selah
-
Nuestro Dios es Dios de salvación; del SEÑOR Dios es el librar de la muerte.
-
Ciertamente Dios herirá la cabeza de sus enemigos; la cabelluda coronilla del que camina en sus pecados.
-
El Señor dijo: “De Basán los haré volver; los haré volver de lo profundo del mar
-
para que laves tus pies en sangre, y también la lengua de tus perros en la de tus enemigos”.
-
¡Vean las marchas triunfales de Dios, las marchas triunfales de mi Dios y Rey, en el santuario!
-
Los cantores van delante, los músicos detrás, y en medio van las jóvenes tocando tamboriles.
-
¡Bendigan a Dios en la congregación! ¡Bendigan al Señor, ustedes de la estirpe de Israel!
-
Allí está Benjamín, el más joven, dirigiéndoles. Allí están los jefes de Judá con su multitud, los jefes de Zabulón y los jefes de Neftalí.
-
Tu Dios ha ordenado tu fuerza. ¡Confirma, oh Dios, lo que has hecho en nosotros!
-
Por causa de tu templo en Jerusalén los reyes te traerán obsequios.
-
Reprende a la fiera del cañaveral, a la manada de toros con los becerros de los pueblos. Atropella a los que persiguen la plata. Dispersa a los pueblos que se complacen en las batallas.
-
Vendrán dignatarios de Egipto; Etiopía extenderá sus manos hacia Dios.
-
Reinos de la tierra, canten a Dios; ¡canten al Señor! Selah
-
Canten al que cabalga en los cielos, los cielos milenarios; él emitirá su voz, su poderosa voz.
-
¡Reconoced el poderío de Dios! Sobre Israel sea su magnificencia, y su poder en los cielos.
-
Temible eres, oh Dios, en tu santuario. El Dios de Israel es quien da poder y vigor a su pueblo. ¡Bendito sea Dios!