-
Aunque se recostaban entre los rediles, las alas de la paloma se cubrieron de plata, y sus plumas con la amarillez del oro.
-
Cuando el Todopoderoso esparció allí a los reyes el monte Salmón se cubrió de nieve.
-
¡Monte de Dios es el monte de Basán! ¡Alto es el monte de Basán!
Continúa después de la publicidad