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Oh montes de elevados picachos, ¿por qué miran con hostilidad al monte que Dios ha deseado como morada? Ciertamente el SEÑOR habitará allí para siempre.
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Los carros de Dios son miríadas de miríadas, y millares de millares. ¡Entre ellos el Señor viene del Sinaí al santuario!
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