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Subiste a lo alto, tomaste cautivos. Tomaste tributos de los hombres, aun de los rebeldes, para que allí habitara el SEÑOR Dios.
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¡Bendito sea el Señor! Día tras día lleva nuestras cargas el Dios de nuestra salvación. Selah
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Nuestro Dios es Dios de salvación; del SEÑOR Dios es el librar de la muerte.
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Ciertamente Dios herirá la cabeza de sus enemigos; la cabelluda coronilla del que camina en sus pecados.
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El Señor dijo: “De Basán los haré volver; los haré volver de lo profundo del mar
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para que laves tus pies en sangre, y también la lengua de tus perros en la de tus enemigos”.
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¡Vean las marchas triunfales de Dios, las marchas triunfales de mi Dios y Rey, en el santuario!
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