-
Oh Dios, cuando saliste delante de tu pueblo, cuando marchaste por el desierto, Selah
-
la tierra tembló; también los cielos gotearon ante Dios. Aquel Sinaí tembló delante de Dios, del Dios de Israel.
-
Abundante lluvia esparciste, oh Dios; a tu posesión exhausta reanimaste.
-
Tu rebaño ha habitado en ella. Por tu bondad, oh Dios, has provisto para el pobre.
-
El Señor da la palabra, y una gran hueste de mujeres anuncia la buena nueva:
-
“¡Huyen, huyen los reyes de los ejércitos!”. Y en casa las mujeres reparten el botín.
-
Aunque se recostaban entre los rediles, las alas de la paloma se cubrieron de plata, y sus plumas con la amarillez del oro.
-
Cuando el Todopoderoso esparció allí a los reyes el monte Salmón se cubrió de nieve.
Continúa después de la publicidad