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Al músico principal. Sobre Sosanim. Salmo de David. ¡Sálvame, oh Dios, porque las aguas han entrado hasta mi alma!
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Estoy hundido en el lodo profundo donde no hay suelo firme. He llegado a las profundidades de las aguas, y la corriente me ha arrastrado.
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Cansado estoy de llamar; mi garganta se ha enronquecido. Mis ojos han desfallecido esperando a mi Dios.
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Los que me aborrecen sin causa se han aumentado; son más que los cabellos de mi cabeza. Se han fortalecido mis enemigos que me destruyen sin razón. ¡He tenido que devolver lo que no había robado!
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Oh Dios, tú conoces mi insensatez; mis pecados no te son ocultos.
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No sean avergonzados por mi culpa los que esperan en ti, oh SEÑOR Dios de los Ejércitos. No sean confundidos por mí los que te buscan, oh Dios de Israel.
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Por tu causa he sufrido afrenta; confusión ha cubierto mi cara.
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He venido a ser extraño a mis hermanos y extranjero para los hijos de mi madre.
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Pues el celo por tu casa me ha consumido, y las afrentas de los que te afrentan han caído sobre mí.
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Me afligí a mí mismo con ayuno; también esto me ha servido de afrenta.
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Además, me puse cilicio como vestido y llegué a servirles de refrán.
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Hablaban contra mí los que se sentaban en el tribunal, y los borrachos cantaban canciones contra mí.
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Sin embargo, oh SEÑOR, yo dirigía a ti mi oración en el tiempo de tu buena voluntad. Oh Dios, respóndeme por tu gran bondad, por la verdad de tu salvación.
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Sácame del lodo; no sea yo sumergido. Sea yo librado de los que me aborrecen y de las profundidades de las aguas.
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No me arrastre la corriente de las aguas; no me trague el abismo, ni la fosa cierre su boca sobre mí.
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Escúchame, oh SEÑOR, porque buena es tu misericordia. Mírame conforme a tu inmensa compasión.
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No escondas tu rostro de tu siervo porque estoy angustiado; apresúrate a escucharme.
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Acércate a mi alma y redímela; líbrame a causa de mis enemigos.
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Tú conoces mi afrenta, mi confusión y mi oprobio. Delante de ti están todos mis enemigos.
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La afrenta ha quebrantado mi corazón, y estoy acongojado. Esperé que alguien se compadeciera de mí, y no hubo quién. Busqué consoladores, y no hallé ninguno.
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Además, me dieron hiel en lugar de alimento, y para mi sed me dieron de beber vinagre.
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Que les sea una trampa la mesa que tienen delante; lo que es para bien, que les sea de tropiezo.
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Que se oscurezcan sus ojos para no ver, y haz que siempre tambaleen sus lomos.
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Derrama tu ira sobre ellos, y el furor de tu enojo los alcance.
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Quede desolada su casa, y en sus tiendas no haya morador.
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Porque persiguieron a quien tú heriste y comentan el dolor de los que tú llagaste.
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Añade maldad sobre su maldad, y no entren en tu justicia.
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Sean borrados del libro de los vivientes, y no sean contados con los justos.
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Yo estoy afligido y dolorido. Tu liberación, oh Dios, me ponga en alto.
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Alabaré con cánticos el nombre de Dios; lo exaltaré con acciones de gracias.
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Esto agradará al SEÑOR más que sacrificios de toros o de novillos que echan cuernos y pezuñas.
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Lo ven los humildes y se alegran. Busquen a Dios, y vivirá el corazón de ustedes.
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Porque el SEÑOR escucha a los necesitados y no menosprecia a sus prisioneros.
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Alábenle los cielos y la tierra, los mares y todo lo que se mueve en ellos.
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Porque Dios salvará a Sion y reedificará las ciudades de Judá. Habitarán allí y la poseerán.
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Los descendientes de sus siervos la heredarán, y los que aman su nombre habitarán en ella.