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Sean avergonzados y humillados los que buscan mi vida. Vuelvan atrás y sean confundidos los que desean mi mal.
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Vuelvan a causa de su vergüenza los que dicen: “¡Ajá, ajá!”.
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Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan. Digan siempre los que aman tu salvación: “¡Dios sea engrandecido!”.
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