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Oh Dios mío, líbrame de la mano de los impíos, de la mano de los perversos y opresores.
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Porque tú, oh SEÑOR Dios, eres mi esperanza, mi seguridad desde mi juventud.
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Por ti he sido sustentado desde el vientre; tú eres quien me sacó del seno de mi madre. Siempre será tuya mi alabanza.
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