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Por ti he sido sustentado desde el vientre; tú eres quien me sacó del seno de mi madre. Siempre será tuya mi alabanza.
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Para muchos he sido objeto de asombro pero tú eres mi fuerte refugio.
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Esté llena mi boca de tu alabanza, de tu gloria todo el día.
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No me deseches en el tiempo de la vejez; no me desampares cuando mi fuerza se acabe.
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