-
Ellos dicen: “¿Cómo sabrá Dios?”. O “¿Habrá conocimiento en el Altísimo?”.
-
He aquí, estos impíos siempre están tranquilos y aumentan sus riquezas.
-
¡Ciertamente en vano he mantenido puro mi corazón y he lavado mis manos en inocencia!
-
Pues he sido azotado todo el día, empezando mi castigo por las mañanas.
-
Si yo dijera: “Hablaré como ellos”, he aquí que traicionaría a la generación de tus hijos.
-
Pensé para entender esto; ha sido duro trabajo ante mis ojos
-
hasta que, venido al santuario de Dios, comprendí el destino final de ellos:
-
Ciertamente los has puesto en deslizaderos y los harás caer en la decepción.
-
¡Cómo han sido desolados de repente! Se acabaron; fueron consumidos por el terror.
Continúa después de la publicidad