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Dirigen contra el cielo su boca, y su lengua recorre la tierra.
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Por eso mi pueblo va hacia ellos y beben de lleno sus palabras.
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Ellos dicen: “¿Cómo sabrá Dios?”. O “¿Habrá conocimiento en el Altísimo?”.
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He aquí, estos impíos siempre están tranquilos y aumentan sus riquezas.
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