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Tus adversarios han rugido en medio de tu santuario y han puesto sus estandartes por señal.
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Fueron semejantes a los que levantan el hacha contra el tupido bosque.
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Ahora, con hachas y barras han destruido todas tus entalladuras.
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Han prendido fuego a tu santuario; han profanado el tabernáculo de tu nombre, echándolo a tierra.
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Dijeron en su corazón: “¡Destruyámoslos de una vez!”. Han quemado todos los lugares de culto a Dios en el país.
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