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Han prendido fuego a tu santuario; han profanado el tabernáculo de tu nombre, echándolo a tierra.
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Dijeron en su corazón: “¡Destruyámoslos de una vez!”. Han quemado todos los lugares de culto a Dios en el país.
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Ya no distinguimos nuestras señales; ya no hay profeta, ni con nosotros hay quien sepa hasta cuándo…
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