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En Salem está su enramada y en Sion su habitación.
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Allí quebró las ráfagas del arco, el escudo, la espada y el arma de guerra. Selah
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¡Esplendoroso eres tú, majestuoso más que las montañas eternas!
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Los hombres de gran valentía fueron despojados y duermen su sueño; ninguno de los hombres de guerra pudo usar sus manos.
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A tu reprensión, oh Dios de Jacob, fueron paralizados el carro y el caballo.
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Temible eres tú; ¿quién podrá permanecer en tu presencia cuando se desate tu ira?
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