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Masquil de Asaf. Escucha, oh pueblo mío, mi ley; inclinen ustedes su oído a las palabras de mi boca.
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Abriré mi boca en parábolas; evocaré las cosas escondidas del pasado,
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las cuales hemos oído y entendido, porque nos las contaron nuestros padres.
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No las encubriremos a sus hijos. A la generación venidera contaremos las alabanzas del SEÑOR, y de su poder y de las maravillas que hizo.
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