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De la boca de los pequeños y de los que todavía maman has establecido la alabanza frente a tus adversarios para hacer callar al enemigo y al vengativo.
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Cuando contemplo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú has formado,
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digo: “¿Qué es el hombre, para que de él te acuerdes; y el hijo de hombre, para que lo visites?”.
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