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la cepa que plantó tu diestra; el hijo que fortaleciste para ti.
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Está quemada con fuego; la han cortado. Perecen por la reprensión de tu rostro.
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Sea tu mano sobre el hombre de tu diestra, sobre el hijo del hombre que fortaleciste para ti mismo.
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Así no nos apartaremos de ti; nos darás vida e invocaremos tu nombre.
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Oh SEÑOR Dios de los Ejércitos, ¡restáuranos! Haz resplandecer tu rostro y seremos salvos.
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