-
Trajiste una vid de Egipto; echaste a las naciones y la plantaste.
-
Limpiaste el lugar delante de ella. Hiciste que echara raíz, y llenó la tierra.
-
Los montes fueron cubiertos por su sombra, y sus ramas llegaron a ser como cedros de Dios.
-
Extendió sus ramas hasta el mar, y hasta el Río sus renuevos.
-
¿Por qué has roto sus cercas de modo que la vendimien todos los que pasan por el camino?
-
El jabalí salvaje la devasta; las criaturas del campo se alimentan de ella.
-
Oh Dios de los Ejércitos, vuelve, por favor; mira desde el cielo, considera y visita esta viña,
-
la cepa que plantó tu diestra; el hijo que fortaleciste para ti.
Continúa después de la publicidad