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Cántico. Salmo de Asaf. Oh Dios, no guardes silencio. No calles, oh Dios, ni permanezcas inmóvil.
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Porque he aquí que rugen tus enemigos, y los que te aborrecen han levantado la cabeza.
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Contra tu pueblo han consultado astutamente; han entrado en consejo contra tus protegidos.
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Han dicho: “Vengan y destruyámoslos de modo que dejen de ser una nación y no haya más memoria del nombre de Israel”.
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