-
Al músico principal. Sobre Guitit. Para los hijos de Coré. Salmo. ¡Cuán amables son tus moradas, oh SEÑOR de los Ejércitos!
-
Mi alma anhela y aun desea ardientemente los atrios del SEÑOR. Mi corazón y mi carne cantan con gozo al Dios vivo.
-
Hasta el pajarito halla una casa y la golondrina un nido para sí donde poner sus polluelos cerca de tus altares, oh SEÑOR de los Ejércitos, ¡Rey mío y Dios mío!
-
¡Bienaventurados los que habitan en tu casa! Continuamente te alabarán. Selah
-
¡Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas y en cuyo corazón están tus caminos!
-
Cuando pasan por el valle de lágrimas lo convierten en manantial. También la lluvia temprana lo cubre de bendición.
-
Irán de poder en poder y verán a Dios en Sion.
-
Oh SEÑOR Dios de los Ejércitos, oye mi oración. Escucha, oh Dios de Jacob. Selah
-
Mira, oh Dios, escudo nuestro; pon tu vista en el rostro de tu ungido.
-
Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Prefiero estar en el umbral de la casa de mi Dios que habitar en moradas de impiedad.
-
Porque sol y escudo es el SEÑOR Dios; gracia y gloria dará el SEÑOR. No privará del bien a los que andan en integridad.
-
Oh SEÑOR de los Ejércitos, ¡bienaventurado el hombre que confía en ti!
Continúa después de la publicidad