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Al músico principal. Sobre Guitit. Para los hijos de Coré. Salmo. ¡Cuán amables son tus moradas, oh SEÑOR de los Ejércitos!
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Mi alma anhela y aun desea ardientemente los atrios del SEÑOR. Mi corazón y mi carne cantan con gozo al Dios vivo.
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Hasta el pajarito halla una casa y la golondrina un nido para sí donde poner sus polluelos cerca de tus altares, oh SEÑOR de los Ejércitos, ¡Rey mío y Dios mío!
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¡Bienaventurados los que habitan en tu casa! Continuamente te alabarán. Selah
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¡Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas y en cuyo corazón están tus caminos!
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Cuando pasan por el valle de lágrimas lo convierten en manantial. También la lluvia temprana lo cubre de bendición.
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Irán de poder en poder y verán a Dios en Sion.
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