-
Hasta el pajarito halla una casa y la golondrina un nido para sí donde poner sus polluelos cerca de tus altares, oh SEÑOR de los Ejércitos, ¡Rey mío y Dios mío!
-
¡Bienaventurados los que habitan en tu casa! Continuamente te alabarán. Selah
Continúa después de la publicidad