-
Mis ojos se enfermaron a causa de mi aflicción. Cada día te he invocado, oh SEÑOR; a ti he extendido mis manos.
-
¿Acaso harás milagros para los muertos? ¿Se levantarán los muertos para alabarte? Selah
-
¿Se contará en el sepulcro acerca de tu misericordia, o de tu verdad en el Abadón?
-
¿Será conocida en las tinieblas tu maravilla, y tu justicia en la tierra del olvido?
-
Pero a ti he invocado, oh SEÑOR; de mañana sale a tu encuentro mi oración.
-
¿Por qué desechas mi alma, oh SEÑOR? ¿Por qué escondes de mí tu rostro?
-
Yo estoy pobre y abatido; desde mi infancia he cargado tus terrores. ¡Ya no puedo más!
-
Sobre mí ha pasado tu ira; tus terrores me han destruido.
-
De continuo me han rodeado como inundación y, al mismo tiempo, me han cercado.
-
Has alejado de mí a mis amigos y compañeros; solo las tinieblas son mi compañía.
Continúa después de la publicidad