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¡Bienaventurado el pueblo que conoce el grito de júbilo! Andarán a la luz de tu rostro, oh SEÑOR.
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En tu nombre se alegrarán todo el día, y en tu justicia serán enaltecidos.
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Porque tú eres la gloria de su poder, y por tu buena voluntad exaltarás nuestro poderío.
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¡El SEÑOR es nuestro escudo! ¡Nuestro Rey es el Santo de Israel!
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Antaño hablaste en visión a tus piadosos y les dijiste: “Yo he puesto el socorro sobre un valiente; he enaltecido a uno escogido de mi pueblo.
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Hallé a mi siervo David y lo ungí con mi aceite santo.
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Mi mano estará firme con él; también mi brazo lo fortalecerá.
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