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¡El SEÑOR es nuestro escudo! ¡Nuestro Rey es el Santo de Israel!
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Antaño hablaste en visión a tus piadosos y les dijiste: “Yo he puesto el socorro sobre un valiente; he enaltecido a uno escogido de mi pueblo.
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Hallé a mi siervo David y lo ungí con mi aceite santo.
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Mi mano estará firme con él; también mi brazo lo fortalecerá.
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No lo doblegará el enemigo; ningún hijo de iniquidad lo quebrantará.
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Pero yo quebrantaré delante de él a sus enemigos, y heriré a los que le aborrecen.
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Mi fidelidad y mi misericordia estarán con él; en mi nombre será enaltecido su poderío.
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Asimismo, pondré su mano sobre el mar, y su mano derecha sobre los ríos.
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Él me dirá: ‘Tú eres mi padre; eres mi Dios y la roca de mi salvación’.
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