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Cuando mis enemigos volvieron atrás, cayeron y perecieron ante ti.
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Porque has defendido mi juicio y mi causa; te has sentado en el trono del Juez de justicia.
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Reprendiste a las naciones; destruiste a los impíos; el nombre de ellos has borrado para siempre.
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El enemigo ha sucumbido para siempre; sus ciudades has destruido; con ellas pereció su recuerdo.
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