-
Los arrasas; son como un sueño: En la mañana son como la hierba que crece;
-
en la mañana brota y crece, y al atardecer se marchita y se seca.
-
Porque con tu furor somos consumidos y con tu ira somos turbados.
-
Has puesto nuestras maldades delante de ti; nuestros secretos están ante la luz de tu rostro.
-
Pues todos nuestros días pasan a causa de tu ira; acabamos nuestros años como un suspiro.
-
Los días de nuestra vida son setenta años; y en los más robustos, ochenta años. La mayor parte de ellos es duro trabajo y vanidad; pronto pasan, y volamos.
-
¿Quién conoce el poder de tu ira y de tu indignación, como debes ser temido?
-
Enséñanos a contar nuestros días de tal manera que traigamos al corazón sabiduría.
Continúa después de la publicidad