-
Caerán a tu lado mil y diez mil a tu mano derecha pero a ti no llegará.
-
Ciertamente con tus ojos mirarás y verás la recompensa de los impíos.
-
Porque al SEÑOR, que es mi refugio, al Altísimo, has puesto como tu morada,
-
no te sobrevendrá mal ni la plaga se acercará a tu tienda.
Continúa después de la publicidad