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¿Quién se levantará por mí contra los malhechores? ¿Quién estará por mí contra los que hacen iniquidad?
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Si el SEÑOR no me ayudara pronto mi alma moraría en el silencio.
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Cuando yo decía: “Mi pie resbala”, tu misericordia, oh SEÑOR, me sustentaba.
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En la multitud de mis pensamientos dentro de mí tus consolaciones alegraban mi alma.
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