• Salmo 95:7

    Porque él es nuestro Dios; nosotros somos el pueblo de su prado y las ovejas de su mano. Si oyen hoy su voz

  • Salmo 95:8

    “no endurezcan sus corazones como en Meriba; como el día de Masá, en el desierto,

  • Salmo 95:9

    donde sus padres me pusieron a prueba; me probaron y vieron mis obras.

  • Salmo 95:10

    Cuarenta años estuve disgustado con aquella generación y dije: ‘Este pueblo se desvía en su corazón y no ha conocido mis caminos’.

  • Salmo 95:11

    Por eso juré en mi ira: ‘¡Jamás entrarán en mi reposo!’”.

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