-
Den al SEÑOR la gloria debida a su nombre; traigan ofrendas y vengan a sus atrios;
-
adoren al SEÑOR en la hermosura de la santidad; tiemble ante su presencia toda la tierra.
-
Digan entre las naciones: “¡El SEÑOR reina! Ciertamente ha afirmado el mundo y no será movido. Juzgará a los pueblos con rectitud”.
Continúa después de la publicidad