Explicación, estudio y comentario bíblico de Santiago 1:18-27 verso por verso
Por su propia voluntad, él nos hizo nacer por la palabra de verdad para que fuéramos como primicias de sus criaturas.
Sepan, mis amados hermanos: Todo hombre sea pronto para oír, lento para hablar y lento para la ira
porque la ira del hombre no lleva a cabo la justicia de Dios.
Por lo tanto, desechando toda suciedad y la maldad que sobreabunda, reciban con mansedumbre la palabra implantada la cual puede salvar su vida.
Pero sean hacedores de la palabra, y no solamente oidores engañándose a ustedes mismos.
Porque cuando alguno es oidor de la palabra y no hacedor de ella, este es semejante al hombre que mira su cara natural en un espejo.
Se mira a sí mismo y se marcha, y en seguida olvida cómo era.
Pero el que presta atención a la perfecta ley de la libertad y persevera en ella sin ser oidor olvidadizo sino hacedor de la obra, este será bienaventurado en lo que hace.
Si alguien parece ser religioso y no refrena su lengua sino que engaña a su corazón, la religión del tal es vana.
La religión pura e incontaminada delante de Dios y Padre es esta: cuidar a los huérfanos y a las viudas en su aflicción, y guardarse sin mancha del mundo.